Melico Salazar, gloria del “bel canto” tico

Andrés Saborío-Bejarano*

 

“Sin música la vida sería un error”.

Friedrich Nietzsche

Dedicatoria:

Esta investigación sobre Manuel Salazar, está dedicada a mi hermano mayor, el también músico (bajo cantante, maestro de capilla, organista, profesor catedrático y director del Coro de la Universidad de Costa Rica), el Máster Rafael Ángel Saborío Bejarano. Una personalidad artística que desde la juventud ha sido todo un ejemplo a seguir para mi persona, y posiblemente, del de los muchos y buenos alumnos, y me atrevería a decir: del de todos cuantos le conocen.

* Andrés Gabriel Saborío Bejarano. Artista polifacético dedicado exclusivamente a la creación musical, pictórica y literaria. Comparte esta actividad con la de pianista acompañante de cantantes e instrumentistas. Catedrático de la U.A.C.A., profesor de Apreciación Artística en la UNICA de Costa Rica, maestro de música en el Conservatorio de Castella, en la Escuela Municipal de Música de la Unión de Tres Ríos y Director de Estudio Privado de Enseñanza Artística H-61 (Apartado Postal 470-1000 San José – Costa

Rica) Tel. 2272-1322. Nuevo correo electrónico: arteh61@hotmail.com

Resumen: Se relata la vida y obra del cantante costarricense Mélico Salazar, intérprete de grandes compositores internacionales en partituras de música de cámara (lied), sacra, opereta y zarzuela, y opera. Canto brillantemente en la tesitura de tenor dramático en los más importantes teatros del mundo, sumando una treintena de óperas en diferentes idiomas. Además de extraordinario intérprete, en sus mejores tiempos llevó una gran bohemia. Su importante legado como cantante y actor profesional, marcó un hito en la historia belcantista costarricense, latinoamericana y mundial.

Palabras clave: CANTO - TENOR - VOZ - ÓPERA - CANTANTE - AMERICA LATINA - MUSICA - BIOGRAFIAS -

COSTA RICA

Abstract

Melico Salazar’s life and work is related in the present article. This Costa Rican singer performed sheet music written by great international composers: chamber music, sacred music, operettas, zarzuela and opera.

He sang brilliantly in the dramatic tenor tessitura in the most important theaters around the world. He sang a total of thirty operas in different languages. Besides being an extraordinary interpreter, during his heyday, he lived Bohemian life.

His important legacy as a singer and as a professional actor became a milestone in Costa Rican, Latin American, and the Worldwide Bel Canto history.

Key words: SINGING - TENOR - VOICE - OPERA - SINGER - LATIN AMERICA - MUSIC BIOGRAPHIES -  COSTA RICA

Recibido: 5 de junio del 2013

Aprobado: 3 de julio del 2013

Después de haber considerado a otros eminentes autores nuestros como “Manuel María Gutiérrez, gloria musical costarricense”, “Jorge Gallardo, genial artista costarricense” (E.Book), “Francisco Zúñiga, un escultor universal”, “Debravo, gloria de las letras costarricense del siglo XX”, “Max Jiménez Huete” y “El luminoso astro de Julio Fonseca”, respectivamente de las Actas Académicas números 37, 32, 30, 28, 27 y 24, le toca en esta oportunidad el turno al cantante operístico Melico Salazar.

Por otra parte, es indudable que el Todopoderoso brinda a cada individuo, así mismo, a todos los seres humanos del orbe, sus dones, talentos y habilidades, para que estos los cultiven o perfeccionen con el estudio y la práctica, para principalmente hacer el bien y glorificar al Señor en toda su grandeza. En el caso específico del cantante Manuel Salazar, Dios le dio el don de una voz privilegiada, que él con humilde constancia supo embellecer y poner al servicio de la humanidad.

Manuel María Daniel Francisco de Paula Salazar Zúñiga, su nombre real, y conocido como “El gran tenor de América”, o simplemente Melico, fue un extraordinario cantante profesional costarricense en la tesitura de tenor, y de carácter dramático. Nació en la ciudad de San José de Costa Rica, el 3 de enero de 1887, frente a una casa situada en aquella época por la avenida cuarta y al noroeste de la esquina con la calle sexta, frente a la Iglesia de Nuestra Señora de La Soledad, frente al antiguo Colegio Seminario, al sur del Colegio Superior de Señoritas, al norte el vasto edificio que fue sede de la Universidad de Santo Tomás primero y de los Archivos Nacionales luego, y posteriormente asiento del Banco Anglo Costarricense, y donde se ubica en la actualidad el Ministerio de Hacienda y, a unos pasos más, el Teatro Nacional , de reciente fundación en sus mocedades.

Fue su padre don Nazario Salazar, siendo el quinto de un total de siete hijos.

Manuel Salazar recibió sus primeras lecciones de música en el Colegio Seminario, frente a su casa de habitación, en donde atraídos por particulares condiciones vocales, pronto se le incorporó en el coro de la institución. De este modo el futuro divo comenzó a cantar en público.

Fue inscrito además por su madre, doña Rafaelita Zúñiga Valverde de Salazar, en la Escuela de Música Santa Cecilia, que fundó y dirigía el profesor don José Joaquín Vargas Calvo (18811957). Ahí recibió las primeras clases de solfeo y canto, antes del traslado a la provincia de Cartago.

En Cartago, a donde llegó a la edad de nueve años más o menos, siguió los estudios y el cultivo de las facultades vocales, con otros dos maestros que han dejado en alto aquí sus nombres en el campo de la música, por su espíritu y por sus capacidades docentes: el español don José Campabadal y su hijo, el cartaginés Roberto Campabadal.

El Seminario primero, en el propio vecindario, y más tarde la escuela que dirigía el profesor Vargas Calvo, los templos de Cartago, San Francisco, San Rafael y Paraíso, muchos de los centros educativos de la provincia y gentes de la república, habían ido descubriendo e impresionándose con aquellas relevantes aptitudes.

La aparición del joven cantante en alguno de los coliseos de importancia del país y el extranjero, parecía inminente.

El 29 de diciembre de 1904, actuó por primera vez en el Teatro Nacional de Costa Rica. También a los 17 años de edad, hace su inauguración en San José en el Teatro Variedades, interpretando la zarzuela “Bohemios” de Amadeo Vives.

A los 20 años se trasladó a Italia, para estudiar canto bajo la dirección de prestigiosos maestros de escuelas europeas.

En 1907, en su primer viaje al extranjero, estudió música en Milán. En 1910 y 1911 se presentó en Cuba, México, América Central y Panamá, con la Compañía Alfredo del Diestro.

Su debut oficial como tenor operístico en el Teatro Nacional de Costa Rica, lo realizó en 1911 con las obras “Cavallería Rusticana” de Pietro Mascagni y “Il Pagliacci” de Ruggiero Leoncavallo.

De 1912 a 1914 realizó una gira por gran parte de los Estados Unidos con la Compañía Lambardi. En 1913 fue cedido por esa compañía para interpretar el papel de Don José, en la ópera “Carmen” de Georges Bizet, y en la premier de la Compañía de Ópera San Carlo, de Fortunato Gallo, en Nueva York.

Estudio en Italia con Giulio Moretti y se presentó en Italia y España. En 1916 se afinca en Boston, y firma contrato con la Compañía de Ópera San Carlo, actuando en casi todas las principales ciudades de Norte América.

Recorrió los grandes escenarios de ópera en Italia, Estados Unidos, España Canadá y América Latina, y fue ovacionado por miles de personas que a lo largo de su carrera le vieron y escucharon.

Manuel Salazar contrajo matrimonio en la ciudad de Turín, Italia, el 22 de marzo de 1914, con la señorita Angiolina Viassone Cantero,a quien él llamaba Lina. La pareja no tuvo hijos.

Cantó en Cuba en 1917 y 1919. En La Habana sustituyó al gran Enrico Caruso en “Il Trovatore” de Giuseppe Verdi, desempeñándose con gran maestría.

 Se integró luego al elenco de la Metropolitan Opera Company de Nueva York, donde se le asignaron todos los “papeles italianos”. Se convirtió en miembro titular de esta compañía de 1921 a 1923.

Continuó cantando en los Estados Unidos hasta 1935, cuando se estableció en México, realizando presentaciones allí, por toda Cuba, Centro América y Panamá. En 1937, retornó permanentemente a Costa Rica y cantó en este país hasta 1941, luego se retiró silenciosamente.

Además del repertorio vocal mencionado, Salazar interpretó “Aida” de Guiseppe Verdi, “Andrea Chenier” de Umberto Giordano, “Bohemia” de Giacomo Puccini, “Don Giovani” de W.A. Mozart, “El Anillo de Hierro” de Pedro Miguel Marques, “El Barbero de Sevilla” de Gioacchino Rossini, “El Emporium” de Enrique Morera, “EL Marqués de Talamanca” de GaginiCuevas, “Elissier d’amore” de Gaetano Donizetti, “La Fuerza del Destino” de Guiseppe Verdi, “La Gioconda” de Amilcare Ponchieli, “La Tempestad” de Ruperto Chapí, “La Walquiria” de Ricardo Wagner, “Loreley” de Féliz Mendelsson, “Los Zíngaros” de Ruggiero Leoncavallo, “Lucía de Lammemoor” de Gaetano Donizetti, “Madame Butterfly” de Giacomo Puccini, “Marina” de Arrieta Juan Emilio, “Nave Rossa” de Sepilli, “Nerón” de Arrigo Boito, “Otello” de Giuseppe Verdi, “Thais” de Jules Massenet, “Rigoletto” de Giuseppe Verdi, “Tosca” de Giacomo Puccini, “Traviata” de Giuseppe Verdi, “Un Ballo in Maschera” también de Giuseppe Verdi, …

Cabe agregar, que el gran barítono Titta Ruffo, consideraba a Melico como el más grande Otello del mundo.

Salazar vio su apellido fulgurando en las carteleras de un teatro argentino de Buenos Aires, de la “Scala” de Milán, del “Metropolitan” de Nueva York, del “Real” de Madrid, del “Liceo” de Barcelona, de “La Ópera” de París.

Pero lo más sorprendente de todo este historial, es que Melico a la par de llevar carrera impecable de cantante operístico – más como alguno que otro gran artífice – también compartió su adultez con la bohemia.

Aunque la gran pasión o mayor pasatiempo de Melico, fue el coleccionar piezas del pasado precolombino: objetos, reliquias e instrumentos nativos de nuestros pueblos amerindios.

En 1942 abrió sus puertas en Costa Rica la Escuela de Ópera, de la cual fueron fundadores el tenor Manuel Salazar y el maestro César Nieto. Este centro di alumnos que, en aquellos días, fueron admirados en otros países: Carlos Masís, Eladio Miranda, José Rafael Ochoa, Jorge Jiménez, Ligia Castro, Gioconda Repetto, Carmen Blanco, Flor Acuña, …

El gran tenor Manuel Salazar, como conferencista, formó parte de un selecto grupo de catedráticos y artistas, además de ser también en el año 1942, y en la sede del Colegio Superior de Señoritas, profesor miembro fundador del Conservatorio de Música, hoy Escuela de Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica.

Los últimos tiempos de vida del cantante transcurrieron en medio de homenajes y penurias, entre la gloria y la miseria, pero como siempre: inmerso en el sublime arte musical.

Melico Salazar falleció el 6 de agosto de 1950, a la edad de 63 años, en el Hospital San Juan de Dios, de San José de Costa Rica, su tierra natal.

Fue tema de una biografía en español en 1965, por Manuel Segura, quien afirmó que “Salazar pasó sus últimos años recibiendo elogios y tratando de sobrevivir económicamente, superado por sus errores”.

Como testimonio de imperecedera labor artística, existen entre otras, las grabaciones que realizara para la Electric & Musical Industries Ltd. de Inglaterra, en seis discos de larga duración.

Fueron muchos los homenajes que se le tributaron después de su deceso, por parte de los órganos informativos, las entidades artísticas y las instituciones docentes.

Las radiodifusoras Alma Tica, Faro del Caribe, Radio Fides y Radio Monumental, entre otras, transmitieron audiciones especiales en su recuerdo; y la Voz de la Víctor organizó un gran certamen lírico que llevó el nombre del desaparecido intérprete.

La Escuela de música establecida en Golfito lo ostenta en su dintel…

El escultor Claudio Antonio Cardona Cooper esculpió un busto de Melico.

También se elaboró un gran retrato al óleo de Salazar como Canio, el payaso en Pagliacci de Leoncavallo, pintado por el famoso pintor costarricense José Francisco Salazar (1892-1968).

En honor a este colosal artista, quien fue consumado cantante, además de actor sobresaliente, el “Teatro Popular Melico Salazar”, ubicado en pleno corazón de la ciudad de San José en la avenida segunda, y como orgullo del alma costarricense, fue bautizado con su nombre.

Bibliografía:

Salazar, M. (2001) El Tenor Olvidado de Costa Rica [DVD]. Producido por Warren Allen Smith, ASCAP.

Segura M., M.(1965) Mélico. San José, C.R.: Editorial Costa Rica

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