Acta Académica, 62, Mayo 2018, ISSN 1017-7507

La historia de Costa Rica según su monumentalidad escultórica cívica pública en exteriores

Leoncio Jiménez-Morales*

Resumen:

En el desarrollo del Estado – nación moderna, se buscó por diferentes medios la conformación de sentimientos e identidades nacionales y locales. La monumentalidad escultórica no solo es una de las más usadas, sino también la que es considerada como prototípica en dicha creación de identidades. Ahora bien, la creación de un discurso o discursos sobre el mensaje de dichos monumentos pasa por la problemática de la lectura de un texto multimodal y, sobre todo, por la dificultad de medir el impacto relativo de cada monumento en el público. El presente trabajo trata de hacer un acercamiento a una lectura de la discursividad sobre la historia patria, que se encuentra en los monumentos escultóricos externos costarricenses en sitios públicos, tratando de salvar las problemática señaladas. Para este fin, utilizando un listado de obras publicado el 2015, se utilizarán las características cualitativas de los monumentos para analizar el posible discurso de la historia patria en las esculturas, utilizando como metáfora operativa un libro-álbum de estampas de historia nacional. De esta manera, al final puede denotarse que en este “libro de historia” se exaltan valores concretos para cada periodo histórico del país, utilizando selectivamente diferentes metodologías discursivas según el periodo histórico referido.

Palabras claves: HISTORIA NACIONAL - IDENTIFICACIÓN NACIONAL - MONUMENTO.

Abstract:

In the development of the modern national state, it was sought by different means the shaping of feelings and national and local identities. The sculptural monumentality is not only one of the most used, but which is considered to be prototypical in this creation of identities. However, the creation of a speech or speeches about the message of these monuments faces the problem of reading a multimodal text and, above all, the difficulty of measuring the relative impact of each monument in the public. This paper tries to make an approach to reading about the discursivity of homeland history, found in Costa Rican external sculptural monuments in public places, trying to overcome the problems identified. For this end, using a list of works published in 2015, the qualitative characteristics of the monuments will be used to analyze the possible discourse of national history in sculptures, using a national history photo print book as an operative metaphor

Thus, at the end, it can be denoted that specific values are exalted for each historical period of the country in this “history book” selectively using different discursive methodologies depending on the historical period concerned.

Keywords: NATIONAL HISTORY - NATIONAL IDENTIFICATION - MONUMENT.

Recibido: 19 de noviembre del 2017

Aceptado: 8 de marzo del 2018

El edificio es un símbolo. El acto de destruirlo también. El pueblo da poder a los símbolos”

V de vendetta. Allan Moore

Cuando estudiamos la historia de una república actual, estudiamos en la mayoría de los casos su conformación como Estado - nación moderno. Este es una construcción socio-política que integra en un territorio con legislación y organización a una población que cree compartir un legado común (Cedeño, 2004, p.150). Ahora bien, estas unidades políticas y sociales son una creación que se desarrolla en el tiempo y que depende de mecanismos para desarrollar procesos de autodefinición o identidad. Para el caso americano, y en especial el Latinoamericano, en el siglo XIX se iniciará el proceso de crear Estados Nacionales, mediante la creación de simbología en un contexto donde esta tenga realce y fortalezca dicha idea de Estado nación (Cedeño, 2004, p.158).

En este proceso, algunos estudios han confirmado que en Latinoamérica y, específicamente, en Centroamérica, la creación y consolidación de los Estados Nacionales pasa por el proceso de implantación de la mentalidad moderna (Brenes, 1996, 2001; Díaz, 2002, 2004, 2005, 2007, 2012; López, 2011), siendo una de sus representaciones físicas, la ciudad occidental como símbolo de progreso y modernidad (Reyero, 2003, p.41). Es en estos espacios urbanos, donde se dispersa el mensaje identitario por diferentes medios o mecanismos, siendo uno de ellos la escultura.

La escultura, gracias a su capacidad de afectar la tridimensionalidad del espacio físico, ha tenido un impacto más profundo que otros como medios de transmisión de ideas a amplias masas de población. De todos los tipos de manifestaciones escultóricas, la motiva o monumento es una de las de mayor repercusión social, ya que se dedica a personas o hechos memorables considerados “especiales”, con un tamaño y diseño que la hace apreciable con facilidad por toda una comunidad (Jiménez, 2015, p.10). Ahora bien, dentro de los monumentos, el monumento escultórico público sería toda aquella obra tallada, modelada o construida que tiene como fin resaltar un hecho “especial irrepetible” o “transcendente” o a un “sujeto memorable”, en un sitio de acceso libre aunque no necesariamente ilimitado o permanente, para amplias capas de la población.

De toda la escultura monumental pública, para un estudio sobre la identidad nacional, la de mayor interés, sería la cívica en exteriores. Este tipo de obra presenta características como manifestar una lógica de patriotismo y civismo, al rendir homenaje a personajes o hechos especiales para la Estado, al presentar el monumento como el premio a una vida ejemplar en beneficio de la nación o como el recuerdo a hechos de gran importancia y valor para la conformación histórica de la población. Así mismo, por el costo y dificultad de su creación, se le considera una obra producida por y para una comunidad específica por lo que se le coloca en lugares concurridos de acceso totalmente libre e ilimitado (Jiménez, 2015, p.11). Teniendo en consideración lo anterior, es claro que las obras exhibidas en jardines de instancias públicas o en parques, juegan un importante papel, ya que refuerzan un ideal de pertenencia histórica-cultural, simultáneamente, la comunidad se expresa como parte de ese pasado y legado común (Jiménez, 2015, p.11). Por tanto, se puede decir que en los monumentos de una comunidad política (sea un cantón, una provincia o un estado), se visibilizan los personajes o hechos que se consideran claves para su identidad, así como ideales, acciones y valores que son alabados por ella.

Esta capacidad como vehículo ideológico de procesos identitarios y de pertenencia del monumento escultórico, la hace de particular interés para comprender la consolidación de Estados Nacionales y las conformaciones de identidades locales dentro de una nación. Contrario a lo que pueda pensarse, a pesar de la existencia de medios masivos de comunicación, estas piezas transmiten un mensaje o pensamiento con un mayor impacto social en el tiempo, lo cual las hace aun de suma importancia para la transmisión ideológica de discursos identitarios en comunidades específicas. Esto se debe a su intromisión en el espacio cotidiano de las comunidades, lo que genera una internalización de la importancia o al menos relevancia del personaje o hecho y de los ideales que representa. Además, es frecuente que por medios masivos se refuerce el mensaje del monumento o los relacionados a él. En cuanto a esto último, la relación sobre identidad, discurso nacional y escultura cívica monumental pública en exteriores, ha sido estudiada para el periodo liberal en América Latina y Costa Rica, entre otros, por Earle (2005), Gutiérrez (1997, 2003, 2004, 2005, 2006), Castrillón (1991), Lemistre (1994), Fumero (1998A, 1998B) y Díaz (2002, 2004).

En América Latina, sabemos que los procesos de consolidación del Estado Nacional y las identidades nacionales utilizaron la monumentalidad escultórica hacia la década de 1830 (Gutiérrez, 1997). Ahora bien, en Costa Rica, la escultura monumental cívica ligada a la conformación de los Estados Nacionales aparece en 1886 (Jiménez, 2015, p.137); esto implica que las diferencias nacionales y propuestas político-económicas ya estaban en marcha cuando se realizaron los monumentos, por lo que en un análisis detallado de estas obras se evidenciaría con claridad la estructuración de estos discursos nacionales (Jiménez, 2012). Así entonces, habría que considerar que los monumentos realizados y expuestos en las diferentes ciudades y poblados desde esa fecha, reflejan las relaciones y negociaciones entre el poder central y el local, en la implantación de discursos nacionalistas y propuestas socio-económicas para su mantenimiento operativo. También evidenciarían la posible construcción de discursos identitarios e históricos paralelos al nacionalista, que utilizan el mismo lenguaje estatal, pero con matices distintivos.

Un “libro de la historia” en las esculturas

Por tanto, la monumentalidad cívica es también una narración histórica que corresponde a los intereses, tanto de las elites como de grupos sociales subordinados organizados (Jiménez 2015: p. 12), que será utilizada tanto en forma directa como en reproducciones, para sus diferentes fines (Jiménez, 2014). De esta forma, la producción cívico monumental no sería diferente a cualquier otro libro de historia que editado por el Estado (representado por el gobierno central o los gobiernos locales), puede tener “textos escritos” por colaboradores representados en poblaciones geográficas especificas u organizaciones políticas o culturales.

Utilizando la analogía anterior, este “libro” de historia cuyo acceso es público, sería reeditado constantemente, acumulando cada narración expresada en todos los monumentos, desapareciendo una de estas narraciones si se eliminase el monumento de un sitio público externo (por su destrucción, desmonte o interiorización). Así mismo, en dicho libro, no se modifican radicalmente los hechos importantes o personajes principales en sus “páginas” con un cambio de gobierno, partido dominante o ideología estatal, como sí puede suceder en un libro impreso de una edición a otra. Esta obra colectiva, solo es modificada significativamente, mediante una política clara, ya sea proveniente del gobierno o de grupos de la sociedad civil, que permite sumar o restar “páginas” de un capítulo temático, en la medida que aparecen o desaparecen obras.

Partiendo de esta analogía, y entendiendo lo difícil que será traducir en palabras el significado visual de los monumentos, propongo “visualizar” o montar “un libro” de la historia costarricense desde el relato expresado en sus monumentos, que respete su característica bimodal y a la vez articule su narrativa. De esta manera, podemos entenderlo como un libro-álbum de estampas o fotografías comentadas, donde el monumento sería la ilustración y las placas, sus comentarios explicativos a pie de foto.

Hay que entender que ese libro se “edita” cada vez que se inaugura, modifica o elimina un monumento escultórico público externo, por lo que es un “material de lectura” muy dinámico. En toda la historia del arte monumental costarricense, se han desmontado 34 monumentos (Jiménez, 2015: pp. 94-115), pero actualmente en este libro ya no cuentan, por lo que su relato ya no es parte de la historia de nuestro libro, que para el 2015 contaba con 321 imágenes (Jiménez, 2015). Por su parte, los textos escritos muchas veces se eliminan, cambian o se reordenan, modificando la interpretación que el texto puede darnos. Para el 2015, 37 monumentos no tenían dichos textos escritos.

Es claro que este libro - álbum debe tener alguna agrupación según los temas tratados o épocas referidas, así mismo, estos capítulos darán orden a la lógica discursiva de la narración y nos referirán sobre el o los mensajes dominantes de este libro o álbum. Ahora bien, en este álbum es más fácil crear un capitulo, que eliminarlo, ya que eliminarlo implica eliminar todas las imágenes referidas a dicho periodo o tema, lo que podría provocar dificultades políticas a posterior. Sin embargo, pareciera que, en la monumentalidad escultórica nacional, la estrategia al querer “modificar la historia” en el libro no es tanto arrancarle “páginas”, sino agregárselas (Jiménez, 2015, p.19).

Como todo libro de historia, este presenta capítulos que se relacionan a los temas o periodos tratados en él. Por el momento, los capítulos que presenta nuestro libro-álbum son:

Inmemorial: Se refiere a actividades culturales o económicas que se pueden ubicar en gran parte de la historia patria, aunque por sus referencias estarían desarrolladas desde la segunda mitad del siglo XIX hasta el presente.

Antigüedad: Ubicado en todo el planeta desde el 6000 a.C. al 453 d.C.

Conquista y colonia: Cubre el periodo en Costa Rica e Hispanoamérica entre 1502 hasta 1821.

Renacimiento: Se refiere especialmente a personajes europeos entre el siglo XV d.C. y XVI d.C.

Reforma: Se ocupa de los personajes vinculados con la Reforma Protestante del Cristianismo Occidental entre los siglos XVI d.C. y XVII d.C.

Revolución Francesa: Refiere tanto a al periodo de la Ilustración (siglo XVIII como a la Revolución Francesa como tal (1789-1801).

Independencia: Trata sobre los procesos independentistas y personajes, tanto en Costa Rica como en América Latina, y generalmente entre 1808 y 1835. Este periodo se extiende para las Antillas hasta 1898.

Romántico: Se refiere a los movimientos artísticos europeos entre 1820 y 1850.

Republicano: Contiene a los personajes nacionales con participación en la conformación de la Republica hasta el inicio del periodo liberal (1848-1870).

Campaña Nacional: Conmemora tanto al hecho como a los personajes vinculados a dicha acción bélica.

Liberal: Dedicado a los personajes de gran relevancia política, social, científica o artística entre 1870 y 1940, tanto a nivel nacional como latinoamericano.

Dictadura Tinoquista: Se dedica a memorar hechos y personajes que jugaron un papel importante durante la Dictadura de Federico Tinoco (1917-1919), así como en su derrocamiento.

II Guerra Mundial: Refiere a personajes que vivieron dicho conflicto bélico.

Década de 1940: Conmemora personajes y sucesos de transcendencia social y política durante la década de 1940 en Costa Rica, como lo son las Reformas Sociales y la Guerra Civil de 1948.

Bienestar: Periodo del desarrollo estatal que se ubica entre 1949 a 1990.

Contemporáneo: Se dedica a personalidades internacionales que fueron influyentes después de 1950.

La distribución de monumentos según las temáticas, pueden observarse en el Tabla 1; siendo un dato de recalcar que el periodo Liberal y el Benefactor tienen la mayor cantidad de piezas de todos los temas con 109 y 62 monumentos respectivamente. Como puede suponerse, pueden aparecer nuevas divisiones temáticas, en la medida que aparezcan nuevos monumentos que hagan referencia a ellas. Así mismo, aunque es poco probable, puede que algunas denominaciones, especialmente las que tienen menos de tres monumentos, puedan desaparecer en el futuro.

El tamaño sí importa

Ahora bien, no todas las imágenes serían iguales en nuestro libro histórico basado en la monumentalidad, porque no todos los monumentos lo son. De este modo, podemos distinguir cinco grupos de monumentos según su tamaño: los pequeños que serían aquellos que midan menos de 130cm, los de escala natural ubicados entre los 130cm y 190cm, los de escala ampliada entre los 190cm a 250cm, los de escala grande de 250cm a 450cm y los monumentales con más de 450cm. A partir de estos cinco grupos, asignaríamos tamaños fijos para su representación en nuestro libro - álbum de estampas; así, las piezas pequeñas cubrirían un octavo de página, las de escala natural un cuarto, las ampliadas mitad, las grandes toda una página y las monumentales serían de doble página.

Seguidamente, aplicaremos dicha variación de tamaño en la imagen de los monumentos agrupados en cada uno de los capítulos temáticos ya mencionados. Después de esta operación, nos daremos cuenta que habrá una diferencia evidente entre el espacio que ocupaban los capítulos al representar los monumentos con un tamaño homogéneo y el ocupado con una escala según su tamaño en la realidad; en otras palabras, se evidencia la diferencia entre el número de esculturas que se agrupan y el número de páginas que ocupan, como se muestra en el Cuadro 1. Esto quiere decir que existen temas que presentan un mayor impacto visual y cobertura de páginas al tener una mayor cantidad de imágenes de tamaño mayor. Así los temas de Actividades Inmemoriales, la Campaña Nacional, la Guerra Civil y la Conquista y la Colonia porcentualmente cubren más páginas con una proporción menor de esculturas en la suma total. Por el contrario, la mayoría de los temas pierden importancia ya que muchas de sus piezas son de pequeño formato, como sucede en los temas del Periodo Liberal y Periodo Benefactor. Si consideramos con atención lo anterior, podríamos afirmar que si bien algunos temas o periodos se refuerzan por la repetición de aportes pequeños pero cuantiosos, algunos temas con menos elementos buscan generar un impacto mayor debido a su tamaño.

En este particular, es interesante que los temas bélicos relacionados con la Campaña Nacional y la Guerra Civil 1948, generen un gran impacto visual en esta narración histórica, algo que parece contradictorio para un país que se proclama pacífico y sin ejército. Con una característica similar, el periodo de la Conquista y la Colonia se enfoca en imágenes de líderes indígenas rebeldes al dominio de la Corona española (Garabito y Presbere) y los conquistadores (Colón y Vásquez de Coronado) y, por tanto, con referencias a hechos violentos; sin embargo, el tratamiento de este tema está claramente relacionado a las historias locales que tratan de evidenciar su aporte específico a los hechos “más importantes” de la historia nacional (Jiménez, 2015,47). Con esta misma intención de vincular el aporte de un sitio o población a la historia nacional, se ha desarrollado el tema de las Actividades Inmemoriales, vinculándose especialmente las actividades agrícolas y su correspondiente estructura social (Jiménez, 2015, pp. 49-50).

En color o blanco y negro

Si bien el tamaño de un monumento nos es atractivo, sobre todo si es monumental, esto no es lo único que nos puede atraer. Los materiales en que están fabricados también nos son atrayentes, ya que aparte de las características estéticas, que un material específico implica, ya que se relaciona un material del monumento con su costo económico, y, por tanto, su importancia, así como la capacidad organizativa para realizarlo. Hay que aclarar que, sin bien, para la mayoría de las personas, realizar un monumento es caro por sí mismo, hay que considerar que la fabricación en ciertos materiales, elevan el costo de un monumento, ya sea por las dificultades técnicas implicadas como lo es el vaciado en bronce o por el costo del material base como es la talla en mármol, en comparación a una opción más barata como vaciar en concreto o la talla en roca nativa. Por esta razón podemos agrupar los monumentos en dos grupos: los de materiales caros y los de baratos.

Ahora bien, la duda sería: ¿cómo lograríamos trasladar esa dificultad, técnica, costo y “buen gusto” en nuestro álbum de estampas? El mejor equivalente seria representar los monumentos realizados en materiales baratos y con técnicas sencillas como el concreto y la fibra de vidrio en escala de grises (blanco y negro) y los monumentos más onerosos realizados en mármol, bronce y/o granito a color. De esta forma, trasladamos la sensación de costo y hasta de dificultad técnica a nivel comparativo a nuestra analogía. Después de realizar dicha operación en nuestro libro-álbum, nos podría sorprender que en Costa Rica dominen ligeramente las piezas realizadas en materiales costosos, por lo que nuestro álbum tendría 165 imágenes a colores y 156 en escala de grises. La disposición de la representación según su color y temas se visualizan en el Cuadro 1.

Ahora, si analizamos el resultado de esta operación por temas, nos daremos cuenta que existen periodos que solo muestran una combinación de tonos. De esta manera, el Periodo Antiguo, la Reforma, la Revolución Francesa y la II Guerra Mundial presentarían todas sus páginas a color. Por su parte, el Renacimiento se visualizaría únicamente en escala de grises. En cuanto a los otros temas, se notará una diferencia generalmente escaza entre los tonos grises y de color, siendo excepcionales los casos de los temas Inmemorial y la Independencia, por presentar una notable disparidad numérica total entre los tonos.

Si unimos las variables de tamaño y color, encontraremos que, en la mayoría de los casos, las representaciones a color le ganan a la escala de grises. De esta manera, tenemos en la escala pequeña nueve imágenes a color frente a siete en grises del mismo tamaño, en las imágenes de tamaño natural contaríamos ochenta y cinco a colores frente cincuenta y tres en gris, en el tamaño monumental tenemos veinte a color contra nueve en grises. Por el contrario, la representación en grises derrota al color en la escala grande pues son treinta y ocho contra veintinueve, presentándose un empate en la escala ampliada con cincuenta y tres imágenes en cada grupo.

Al analizar los ejes temáticos en función de las dos variables expuestas, tendremos los primeros atisbos de una narrativa historiográfica. Primeramente, es claro que los temas referidos especialmente a la historia mundial como Antigüedad, Renacimiento, Reforma, Revolución Francesa, Romántico, II Guerra Mundial y Mundo Contemporáneo, tienen una importancia escasa, tanto por el número total de monumentos como por su tipo de representación. En general, todos estos diecisiete monumentos, cubren de un cuarto a tres cuartos de página cada capítulo, con excepción del Mundo Contemporáneo que cubre cinco páginas, siendo el único referido a la historia universal que presenta al menos una imagen a dos páginas

En cuanto a la historia nacional, los periodos Inmemorial, Liberal y Bienestar suman 114 imágenes en grises, dominando las escalas natural, ampliada y grande; lo que quiere decir que, en término general, estos periodos del país son ampliamente representados, de manera visible, aunque “económica”. Igualmente existen monumentos en los periodos Liberal y Bienestar, ochenta y seis monumentos en las escalas natural, ampliada y grande a color, lo que implica que existen personajes o hechos concretos a los que se les da una importancia mayor, en un marco de repetición de las imágenes de dichos periodos.

Por otro lado, es importante fijarse en los monumentos monumentales representados en una imagen de dos páginas, ya que visualmente tienen un impacto muy fuerte. Considerando esto, solo presentan obras de este tipo los periodos de Actividades Inmemoriales, Campaña Nacional, Década de los 1940, Conquista y Colonia, Periodo Liberal y Estado Bienestar. En el apartado de las Actividades Inmemoriales dominaría las representaciones a dos páginas con 3 en escala de grises, 4 a color, con un total de 7 monumentos de 38. Por su parte, a nivel proporcional, algunos temas se nos presentan como de gran importancia, al tener un porcentaje elevado de sus monumentos en escala monumental y en materiales caros, como la Campaña Nacional con 3 de 8 imágenes en total, la Década de los 1940 con 3 monumentos de 12 y la Conquista y Colonia con 2 de 13. Contrariamente, los temas del periodo liberal y Bienestar presentan pocas piezas en tamaño monumental, ya que el Periodo Liberal solo cuenta con 1 a grises y 3 a colores de 109 y el Bienestar con 4 grises y 3 en color de 62.

Tabla 1 Monumentos agrupados en temáticas por cantidad de obras y páginas según colores de reproducción y dimensiones.

Periodo Referido

Reproducción

1/8 pág.

¼ pág.

½ pág.

1 pág.

2 pág.

Total

monumento

% monumento

Total pág.

%

pág.

01 Inmemorial

Grises

0

4

10

10

3

27

8,4

22

11,0

01 Inmemorial

Colores

0

1

1(2)

5

4

11(12)

3,4

13,75

6,9

02 Antigüedad

Colores

0

1

1

0

0

2

0,6

0,75

0,4

03 Conquista y

colonia

Grises

3

0 (1)

4

6

0

13 (14)

4,0

8,375

4,2

03 Conquista y

colonia

Colores

0

1

7

3

2

13

4,0

10,75

5,4

04 Renacimiento

Grises

0

0

1

0

0

1

0,3

0,5

0,3

05 Reforma

Colores

0

1

1

0

0

2

0,6

0,75

0,4

06 Revolución

Francesa

Colores

0

0

1

0

0

1

0,3

0,5

0,3

07 Independencia

Grises

0

3

3

2

0

8

2,5

4,25

2,1

07 Independencia

Colores

1

8 (12)

7

3

0

19(23)

5,9

8,625

4,3

08 Romántico

Grises

0

0

1

0

0

1

0,3

0,5

0,3

08 Romántico

Colores

0

1

0

0

1

0,3

0,25

0,1

09 Republicano

Grises

0

1

1

0

0

2

0,6

0,75

0,4

09 Republicano

Colores

0

2 (4)

2

0

0

4(6)

1,2

1,5

0,8

10 Campaña

Nacional

Grises

1

0

1

2

0

4

1,2

2,625

1,3

10 Campaña

Nacional

Colores

0

3

1

1

3

8

2,5

8,25

4,1

11 Liberal

Grises

1

26 (28)

18

12

1

58 (60)

18,1

29,625

14,9

11 Liberal

Colores

4

22 (30)

14 (21)

8 (9)

3

51(67)

15,9

27

13,6

12 Dictadura

Tinoquista

Grises

0

1

0

0

0

1

0,3

0,25

0,1

12 Dictadura

Tinoquista

Colores

0

0

1

1

0

2

0,6

1,5

0,8

13 II Guerra

Mundial

Colores

1

1

1

0

0

3

0,9

0,875

0,4

14 Guerra Civil

1948

Grises

1

2

3

2

2

10

3,1

8,125

4,1

14 Guerra Civil

1948

Colores

0

4

1

4

3 (5)

12 (14)

3,7

11,5

5,8

15 Bienestar

Grises

1

11

10

4

1

27

8,4

13,875

7,0

15 Bienestar

Colores

2

22 (26)

5

3

3 (4)

35(40)

10,9

17,25

8,7

16 Contemporáneo

Grises

0

2

0 (1)

0

2

4(5)

1,2

4,5

2,3

16 Contemporáneo

Colores

0

0

1

0

0

1

0,3

0,5

0,3

Total

15

117

(138)

96 (105)

66 (67)

27 (30)

321 (355)

100

199,125

100,0

Fuente: Elaboración propia a partir de Jiménez (2015)

Leyendo el espacio

Un elemento importante en la monumentalidad escultórica cívica es el espacio que se ocupa dentro del trazo urbano. Si bien, pareciera claro que por más grande que una escultura sea, si está en un lugar alejado del centro cívico de la ciudad, esta tendrá menos impacto y vistas que una obra de menos tamaño que esté en el parque central o en los jardines de la escuela o templo parroquial. De esta manera, el espacio es otra consideración de importancia.

Tomando en cuenta el punto anterior, contaríamos a todas las obras ubicadas en los parques centrales, jardines de los templos parroquiales centrales o catedrales y en los jardines de escuelas centrales o similares, todos alrededor del parque central o centro arquitectónico y urbanístico de cada ciudad del país. A estas imágenes, para distinguirlas, añadiríamos un marco de referencia, en este caso amarillo, para que visualmente se distinga que están en el centro de la ciudad. De esta manera, tendríamos 98 imágenes que tendrían dicho marco.

Ahora bien, no solo el cuadrante principal es un lugar de tránsito y significación, por lo que deberíamos contar otros espacios de lectura privilegiados, como los accesos a la ciudad y los parques secundarios. De esta manera, en los puntos de acceso contamos doce monumentos que corresponden en la división a tres de escala ampliada, seis grandes y tres monumentales, los cuales se representarían en nuestro libro-álbum con un marco azul. Por su parte, contamos con 87 monumentos en parques secundarios, pero en cinco casos el parque secundario esta junto al cuadrante central, por lo que ya fueron contabilizados, de modo que solo a 83 monumentos representaríamos con un marco verde alrededor de su imagen de reproducción. Un dato a considerar de estos ochenta y tres es que 79 tienen una referencia directa al nombre del parque, por lo que a diferencia de los parques centrales donde los monumentos pueden confundir al espectador con su mensaje o el que se encuentra superpuesto, en los parques secundarios este es muy claro.

Sin embargo, existe otro elemento a considerar en lo anteriormente expuesto; ya que el hecho de que un monumento esté en el cuadrante central del centro cívico no lo hace visible por sí mismo o una referencia en el espacio urbanístico, ya que puede encontrarse en una zona poco visible desde ciertos ángulos o por el tipo de ambiente se confunda con el paisaje. De esta manera, debemos diferenciar las obras que se encuentran en ese centro cívico principal y las obras que por su tamaño y ubicación en dicho cuadrante son ineludibles de ver. Atendiendo a lo anterior, separaríamos de las obras ya escogidas a las que tienen una escala grande o monumental, con lo que tendríamos a 32 obras, 26 monumentos grandes y 6 de tamaño monumental. Para distinguir a estas piezas, además del marco amarillo, le pondríamos otro de color morado, con lo cual l<s destacaríamos como los “monumentos representativos” de dicha ciudad.

Conclusiones

El ejercicio anterior nos presenta el nivel de desarrollo y complejidad narrativa que en Costa Rica han tenido los monumentos como instrumentos de la religiosidad civil (Cedeño, 2004, p. 152). En este país, se desarrolló una narrativa compleja en casi todos sus cantones (Jiménez, 2015, p.16), donde van de la mano historias locales, nacionales e internacionales. De esta manera, las poblaciones se muestran a ellos mismos, se relacionan con el colectivo nacional y muestran las relaciones de” amistad” con otras poblaciones fuera del país. Ahora bien, se evidencian dos mecanismos para afectar a la población con un mensaje nacionalista relacionadas con el tamaño, material, ubicación y número de obras.

Por un lado, tenemos la presentación de un mensaje al servicio del Estado desde su institucionalidad y en la vida cotidiana. Esta historia propiamente nacional, narrada desde la independencia, nos muestra el monumento escultórico cívico como un premio a los ciudadanos al servicio de la patria, ya sea de forma personalizada, como se nota en los periodos Liberal y Benefactor, o en colectivos anónimos, como en las Actividades Inmemoriales. En dichos periodos, en 203 monumentos, en su mayoría de dimensiones y costos modestos, se nos presenta un mensaje enfocado en la acción de la vida cotidiana y a beneficio del Estado-nación, donde toda la comunidad está vinculada, tanto los servidores del Estado, como los profesionales, los campesinos y los jornaleros. De alguna forma, coherente con la imagen de “pacifismo” que proyecta el país, pareciera que en el caso costarricense, su monumentalidad evidencia que puede servirse a la patria en busca de su mejoramiento, sin tener que morir, defendiéndola, en el campo de batalla.

Por el otro lado, tenemos periodos como los de la Colonia y Conquista, Campaña Nacional y Dictadura tinoquista que se caracterizan por tener un número relativamente pequeño de obras y ser mayoritariamente de grandes proporciones, de costos materiales y ubicados en espacios secundarios. En estos casos, las representaciones sobre la monumentalidad refuerzan hechos puntuales, donde se exalta el valor patrio en su sentido más tradicional: la gesta militar en defensa de la patria.

Como se mencionó desde el inicio, la narrativa de los monumentos se forma a la luz de la participación tanto del Estado como de los grupos organizados de la sociedad, por lo que muchos relatos no son del interés del Estado y hasta podrían presentar problemas dentro de su discursividad general. Por esta razón, el Estado reproducirá los monumentos que refuercen los discursos históricos oficiales, disminuyendo las otras posibles lecturas e invisibilizando los relatos que le pudiesen ser adversos. Por dicha razón, no es de extrañar que, del total de obras analizadas, solo 6 sean reproducidas por medios masivos a disposición del Estado, como lo son las monedas, los billetes y los sellos postales. De esta manera, dichos objetos que son más que simples artículos transaccionales, desde inicios del siglo XX, se limitan en señalar, por un lado, a los monumentos relativos a la Campaña Nacional como exaltadores de un hito de la defensa de la patria, y por el otro, alegorías a el agricultor, la familia y la madre como representaciones del desarrollo social logrado por el Estado Benefactor (Jiménez, 2014: p. 65).

En resumen, si bien la monumentalidad nacional está generalmente limitada por las acciones estatales, lo cierto es que existen rupturas con la narrativa histórica oficial que juegan con la repetición, la ubicación, los materiales y la escala, para impactar en la población (Jiménez, 2015, pp. 42-47). ¿Dónde se encuentran ejemplos claros de estas rupturas y continuidades? ¿Cuáles son los temas con narrativas diferentes a la historiografía oficial, pasada o actual? Esa es una tarea pendiente.

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* Costarricense. Máster en Historia Aplicada de la Universidad Nacional, Costa Rica. Enfocado en el estudio de la escultórica costarricense. Profesor Docente del MEP y de la UACA. leonciojm@gmail.com