La ausencia de lo razonable

Resumen

A veces nos preguntamos por qué resulta tan difícil vender en la América Latina la idea de la libertad.

Algunos, como Hayek, ⁽¹⁾ nos dicen que en gran parte es reducible a la confusión generalizada de terminología política que nos hace identificar la libertad individual con la libertad política en un estado nacional soberano. Juan Bautista Alberdi ⁽²⁾ y Rigoberto Juárez-Paz ⁽³⁾ argumentan que, a causa de la experiencia colonial, hemos equiparado en nuestra América hispana la independencia nacional con los derechos democráticos y éstos, a su vez, con la libertad a secas.

Otros, como Rosen, ⁽⁴⁾ agregan que carecemos de una tradición constitucional estable que garantice la salvaguarda de los derechos individuales frente al Estado.

Hay quienes pretenden ir a la raíz genética de nuestra aparente inhabilidad para apreciar la importancia de conducirnos libremente y nos dicen, como H. G. Wells, que siempre hemos constituido comunidades de obediencia, condicionados previamente, por una Iglesia Católica autoritaria, a ser heterónomos en nuestra vida moral y, por consiguiente, fácil presa de cualquier caudillo en nuestra vida social.