Una estatua en honor de Sylvia Poll
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Resumen
Convencido del influjo benefactor del deporte sobre la educación de los jóvenes, Pedro de Coubertin tomó la iniciativa que los revivió a partir de 1896, como campo de experiencias para el despliegue de la personalidad, campo de juego para practicar la convivencia democrática y ocasión de intentar la perfección; por ello su lema citius (más rápido), altius (más alto), fortius (más fuerte). Siguió así ese educador el modelo intelectual neo- humanístico inspirado en los griegos.
Durante más de mil años los griegos, en la antigüedad, celebraron los Juegos Olímpicos -además de muchos otros similares- fuertemente adscritos a la vida religiosa de su nación.
El premio en aquellas Olimpíadas consistía en una corona de hojas de olivo, tomadas del olivo sagrado que crecía detrás del templo del padre de los dioses -es que hablamos de la cultura pagana de los griegos. Narra la historia que cuando los vencedores regresaban a sus ciudades, eran recibidos con extraordinarios honores, entre los cuales estaba erigir estatuas en su honor...
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