La guerra de Iraq y las Naciones Unidas

Resumen

Hay hechos en la historia que, aparte su relieve, adquieren importancia por aquellos otros que implican o con los que se hallan complicados. La reciente guerra de los Estados Unidos y de Inglaterra contra Iraq es uno de estos hechos. El conflicto, evidentemente, ya de por sí, es digno de atraer la atención y, de hecho, la ha atraído, pues el mundo entero ha estado pendiente de su inicio, ejecución, desarrollo y resolución. Pero, tanto o más que él, son merecedores de atención estos otros dos hechos: primero, la desmesurada y colosal reacción que el conflicto ha provocado en el mundo entero, en forma de multitudinarias manifestaciones en su contra en Asia, Europa y Latinoamérica principalmente. Nunca en el pasado, que yo recuerde, se habían producido protestas callejeras en tal abundancia y de tan gran magnitud y no es porque las guerras y conflictos de toda especie hayan escaseado. Pero nunca la reacción había sido tan extremosa.

El segundo hecho es que el conflicto ha venido a poner de relieve la debilidad o, aún mejor, inexistencia, del pomposamente llamado orden internacional y a colocar, pues, la actual estructura, organización y eficacia de las Naciones Unidas y, de paso, de esa otra organización internacional, la OEA, que, aunque no directamente implicada y afectada por el actual conflicto, comparte con aquéllas la misión y el honor de ser las responsables y sostenedoras del orden internacional, en situación precaria y dificilísima. Las quejas venían, es verdad, de lejos, pero sólo ahora, ante el hecho consumado de la guerra de Iraq, llevada a cabo sin permiso o autorización del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la ineficacia de éstas para resolver conflictos se ha puesto de relieve y calado hondo en la conciencia de las gentes. No es necesario insistir en que esta crisis, en cuanto a la fe y creencia en el poder de las Naciones Unidas para resolver problemas y conflictos entre Estados, es muy grave. La otra gran crisis pareja, la de la Sociedad de Naciones, antecedió en escaso tiempo al inicio de la segunda gran guerra mundial y por eso esta nueva crisis, que peralta la pareja ineficacia de las Naciones Unidas, nos llena de aprensión. ¡Ojalá, esto es, Dios o Alá lo quiera, que a iguales o parecidos hechos no sigan en la historia iguales consecuencias!